Para los que no me conozcáis y deseáis saber un poquito más de mí y de las cosas que hago, os quiero compartir un sesión formativa que dí el pasado 4 de noviembre a familias super interesadas en conocer las características evolutivas principales que pueden ver en sus hijos e hijas. Fueron familias que mostraban un gran interés por conocer cómo sienten, cómo piensan y cómo se relacionan sus hijos.
En el día a día parece que hacemos como padres y madres lo que podemos y vamos como improvisando nuestra labor educativa con nuestros pequeños. Para esta sesión me interesaba que se preguntaran cuál es nuestra misión como padres y madres . Para poder descubrir cuál es nuestra misión, es necesario que tengamos una visión de cuál es la realidad de los pequeños. En esta sesión pudimos ver lo importante que es conocer cuáles son los factores más importantes a tener en cuenta, que les motivará a dirigirse y comunicarse con sus hijos de manera más enriquecedora a como lo hacen en la actualidad.
Conocer que un niño entre 8 y 10 años es inquieto y que necesita poner a prueba sus cualidades físicas de resistencia, ayuda a entender por qué están todo el día saltando o corriendo. Viéndolo así las familias comentaban que les ayuda a empatizar con sus hijos y aprender nuevas maneras de mirar. Al mismo tiempo trabajamos cómo podemos aprovechar esta información valiosa para crear más complicidad y aumentar el vínculo afectivo con los hijos. A medida que vamos creando lazos más firmes y saludables, ayudan a tejer lazos de confianza que sostengan la temida adolescencia.
Fue una sesión muy enriquecedoras para todos. Por mi parte sigo aprendiendo de lo que las familias comparten sobre sus vivencias y me ayudan a tener una visión más clara en lo que les puedo ayudar o acompañar en esta tarea tan difícil de ser padres y madres. Para ellas también fue un gran aprendizaje. Comentaban la pequeña o gran mochila que se llevaron de conocimientos, de puesta en común sobre problemáticas comunes y las herramientas o estrategias que aprendieron y les motivaron a cambiar maneras de relación en casa.
Un gran reto, un gran compromiso por su parte. Si cada familia nos comprometemos a intentar mejorar en nuestras relaciones, en la manera de comunicarnos con nuestros hijos y sobre todo apostar por una misión más positiva de la paternidad y maternidad, estoy segura que contribuiremos a mejorar nuestro pequeño entorno y esos cambios repercutirán en todo el planeta.
Mil gracias por la experiencia y por supuesto mil gracias por las familias que allí estuvisteis y por todo lo compartido.