A lo largo de mi profesión me he encontrado con centenares de madres y padres que manifiestan su impotencia de desarrollarse como las madres y los padres que desearían. Te pasa a ti lo mismo?. Me explico mejor:
Cada madre y padre desea cumplir su papel lo mejor que puede. Pero en ocasiones (cuando llega la adolescencia son muy a menudo) no coinciden las acciones que una madre o un padre desea realizar a sus hij@s con las que éstos desean recibir. Me entiendes ahora?. Eres capaz de verte reflejad@?
Aprovecho el OTOÑO COMO METÁFORA DE LOS DIFERENTES COLORES QUE EXISTEN, O LAS DISTINTAS FORMAS DE MIRAR LA MISMA REALIDAD. SUFRIMOS POR LA INTERPRETACIÓN QUE HACEMOS DE LOS COLORES.
En mis sesiones individuales con madres y padres me manifiestan la desesperación, la desesperanza y la impotencia de cómo manifestar a sus hij@s lo que desean para ell@s. Comentan las diferentes maneras que utilizan para acercarse a sus hij@s adolescentes con la intención de llevar a cabo una comunicación sana, sin juicios. Su mayor deseo es el aprendizaje de las rutinas cotidianas que permitan una convivencia saludable. Pero por el contrario se encuentran con una respuesta totalmente opuesta a la esperada por parte de sus descendientes.
¿Qué está sucediendo? ¿No se utiliza el mismo lenguaje? ¿Se habla desde perspectivas diferentes? ¿Hay focos de interés muy distintos?
Imagino puede ser una mezcla de todas. Pero se trata de, además de hacer un análisis que nos ayude a entender mejor, también necesitamos buscar la utilidad de nuestras acciones. Tomar conciencia de posibles situaciones que se dan para poder manejarlas mejor y tener una comunicación más efectiva..
No son nuestr@s hij@s quienes nos dejan ser padres y madres. Desde mi punto de vista debemos intentar y hacer todo lo posible por descubrir y poner en práctica nuestra mejor versión de padre y madre. Sentirnos a gusto y en paz con nosotros mismos sobre lo que hacemos. Indudablemente nuestros hij@s están en una etapa evolutiva en la que no entenderán algunas cosas. Bastante tienen con entenderse así mismo y descubrirse para ir mostrando su verdadero SER.
Pero vamos a centrarnos en lo que podemos hacer. Desde cualquier acción que emprendemos, estoy segura que nuestra INTENCIÓN ES POSITIVA. Cuando insistimos mil veces en que hagan algo, deseamos que aprendan cómo hacerlo, que tengan motivación para ello. Pero para mí lo más importante que tiene nuestra intención es nuestro deseo que lo consideren importante para ell@s. Y esto es algo difícil para personas en las que el foco está puesto en mirar otra realidad diferente a la nuestra. Nosotros insistimos en que tengan el cuarto recogido y limpio, cuando su interés no está en ello, sino en cómo contactar con su pandilla, en ser conocid@ y reconocid@. Es por ello que os presento una serie de posibilidades a llevar a cabo que tal vez, os hagan sentir mejor:
- Cuando decimos que recojan el cuarto, podríamos INVITAR EN VEZ DE IMPONER Presentando DESCRIPTIVAMENTE lo que vemos (calcetines por el suelo, camisetas enrolladas, etc) invitamos a tomar conciencia de lo puramente observable y objetivo. De esta manera el adolescente tiene la oportunidad de observar, REFLEXIONAR y TOMAR LA DECISIÓN DE CÓMO DESEA TENER SU CUARTO. Lo que suceda después es sólo responsabilidad suya. Tú ya has cumplido el objetivo de educar en el orden.
- Cuando PROHIBIMOS HACER ALGO suele coincidir con la ansiedad que se produce inmediatamente después de pensar lo que puede suceder si no lo prohibimos. Cuando el adolescente desea salir de su rutina de casa y colegio y nos comenta su deseo de salir fuera del barrio con sus amigos, nos suele acompañar una ansiedad provocada por el MIEDO A QUÉ PUEDE PASAR. Ese miedo es infundado, pues en realidad no sabemos lo que puede suceder. Os invito a poner encima de los pensamientos que hacen que tengamos ansiedad, aquellos pensamientos que nos proporcionan confianza y serenidad. Pensar que NO VA A PASAR NADA, QUE VA A DISFRUTAR Y PREVENIR SITUACIONES DESAGRADABLE… Encontraremos así la serenidad que deseamos y habremos cumplido con nuestra papel de padre y madre satisfech@..
SUPERAR EL MIEDO ES ACEPTAR LA INCERTIDUMBRE Y NOS HACE LIBRES Y AVENTURER@S
- Cuando sucede algo que no nos gusta o que sale de nuestro control, la respuesta general que cometemos es JUZGAR DICHA SITUACIÓN. Qué conseguimos con ello? Que disminuya la confianza que tienen con nosotros, que decrezca la comunicación sobre lo que les sucede. Os invito a PREGUNTAR EN VEZ DE JUZGAR. De esta manera podremos obtener información que nos permita estar tranquil@s. Nos acercará al adolescente y estaremos dándole la posibilidad de explicar lo sucedido, desde dónde ha sucedido y sus emociones respecto a ello. Con esta nueva forma, no sólo nosotr@s cambiamos la manera de relacionarnos, sino que propiciamos que l@s adolescentes tomen conciencia de lo que sienten y piensan cuando llevan a cabo su conducta. Crecemos amb@s. Damos mayor importancia a nuestros hij@as que a nuestros juicios.
LA REALIDAD PUEDE SER VISTA DESDE VARIOS PLANOS, DE VARIOS COLORES. SITUARNOS EN LA MAYORÍA NOS AYUDARÁ A SENTIRNOS SATISFECH@S CON NUESTRA MANERA DE SER PADRE O MADRE FRENTE A NUESTR@S HIJ@OS ADOLESCENTES.